2 oct 2022
El jamón de Parma es un jamón curado en seco de la región italiana de Parma. Debido a su estatus de producto protegido, sólo el jamón de esa región concreta que cumple unos requisitos muy estrictos puede llamarse jamón de Parma. La sal marina pura es el único "producto químico" utilizado para conservar la carne de cerdo; los nitritos no están permitidos. El sabor se intensifica con el secado, produciendo un jamón rosado con un sabor ligeramente dulce y a nuez. Estos jamones se curan durante al menos un año y sólo después de pasar una serie de pruebas de calidad extremadamente estrictas se les concede la marca de la corona para indicar que son auténticos jamones de Parma.
Dado que las bacterias y otros microorganismos potencialmente peligrosos no prosperan en ambientes extremadamente salados o secos, la salazón y el secado del jamón garantizan su conservación.
Según el NHS, las mujeres embarazadas deben tener cuidado al consumir embutidos como el jamón de Parma. El NHS recomienda hervir completamente el jamón antes de comerlo para eliminar cualquier posibilidad de contraer toxoplasmosis. La toxoplasmosis, que puede provocar abortos en mujeres embarazadas, pueden causarla los parásitos que ocasionalmente infectan la carne cruda.