Si busca una excursión fascinante de un día durante su estancia en Nápoles, Pompeya merece sin duda su tiempo. Esta antigua ciudad romana quedó sepultada bajo las cenizas y la piedra pómez de la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Después, durante el siglo XVIII se excavó y restauró. Hoy es uno de los destinos turísticos más populares de Italia, con atracciones que ver en cada esquina.
El museo es una buena manera de introducirse en la cultura e historia de esta antigua ciudad. No sólo encontrará útiles las muestras interpretativas, sino también muchas exposiciones de artefactos encontrados durante las excavaciones que, de otro modo, no habrían resistido a la exposición a largo plazo debido a su fragilidad.
Otro sitio interesante es El Foro, un lugar donde la gente acudía a debatir temas importantes. Aquí se encuentra el Templo de Júpiter, y junto a este una antigua basílica que, durante siglos, se utilizó como mercado y tribunal, antes de convertirse en la casa Triptolemus.
El yacimiento de Herculano, más rico y pequeño que el de Pompeya, ofrece una visión cercana del mundo romano.
Herculano es un lugar de excavación increíble, con una arquitectura y unas obras de arte con raíces profundas en la historia. Las ruinas han revelado frescos y esculturas, abriendo una ventana a otra época, una fascinante mirada a la antigua cultura romana a través de sus obras de arte.
Tras la erupción volcánica, los cuerpos calcinados dejaron agujeros en las capas de ceniza tras desintegrarse. Los moldes de yeso, creados a partir de esos agujeros en el suelo, se convirtieron en una idea que permitió a arquitectos, ingenieros y constructores tener una forma de entender y ver de primera mano lo que ocurrió durante esta tragedia.