14 ago 2022
La cocina italiana no es solo comida deliciosa: es una larga tradición profundamente arraigada en la cultura del País.
Los métodos de cocina y las recetas se transmiten de generación en generación. Todo debe hacerse correctamente y con los ingredientes adecuados. Son los aficionados a la cocina tradicional, elaborada con ingredientes sencillos, los que hacen brillar los verdaderos sabores. La cocina italiana es de tal calidad que no es necesario añadir más sabores para hacerla agradable.
Es sorprendente lo locales que son la cocina y las recetas italianas. La comida italiana se sirve de forma muy diferente en el Norte y en el Sur. En el Norte se come más polenta y salchichas, mientras que en el Sur se come más pescado y verduras. Antes de identificarse como italianos, la mayoría de los italianos se identifican como pertenecientes a una región concreta.
Los italianos siguen unas pautas muy estrictas sobre qué, cuándo, cómo y por qué comer determinados alimentos. Para un no italiano es muy difícil conocer todas estas normas, pero es interesante reflexionar sobre ellas. Por ejemplo, no se puede poner pollo en la pizza ni en los espaguetis y el capuchino no está permitido después de mediodía. Estas "reglas" están firmemente arraigadas en la tradición, por lo que romper una de ellas se considera extremadamente extraño.
El vínculo entre la cultura gastronómica italiana y la cultura familiar es uno de sus rasgos más significativos. En la mayoría de los casos, las familias comen juntas en la mesa. Los niños, por ejemplo, vuelven del colegio y almuerzan en casa antes de volver a clase. A veces, las cenas duran más de dos horas. Los domingos, la abuela o la madre cocinan una abundante comida para toda la familia.