Hoy en día, La Spezia es un importante centro a caballo entre Liguria y Toscana, cuya economía se basa en la construcción naval, la siderurgia, las refinerías de petróleo, la ingeniería mecánica y el turismo. Hasta hace unas décadas, los únicos visitantes de la ciudad eran los turistas que se dirigían a las islas del Golfo dei Poeti (Palmaria, Tino), Lerici, Fiascherino y las Cinque Terre. En los últimos tiempos, la ciudad ha cambiado, ampliando su oferta. Si está en La Spezia, entre las cosas que hay que ver está sin duda el paseo marítimo con los Jardines, el Arsenal, el Museo Naval y el Castillo de San Giorgio. El centro histórico también es rico en edificios civiles y religiosos: el Palacio Oldoini, los edificios Art Nouveau de la Plaza Garibaldi, la Iglesia de Santa María Assunta y el Teatro Cívico.
La cocina de La Spezia es una interesante unión de sabores y recetas de Liguria y Lunigiana. Panigacci, sgabei, testaroli... y luego panissa, farinata de garbanzos y mescciüa, una sopa de legumbres y cereales.